ETERNA
CAPITULO I
INICIO
Cada historia tiene un principio y un fin, la mía no recuerdo su inicio y el fin aun no llega y tal vez nunca llegara.
Los recuerdos de mi infancia van más allá de la historia, una época olvidada y remplazada por leyendas y mitos, huesos de polvo, cuentos distorsionados por el tiempo y lo que entonces fue conocido por todos hoy es misterio.
El más lejano de mis recuerdos es ese día en que el destino me advertía de la eterna soledad. Mi edad no la recuerdo, pero recuerdo el olor del viento en el prado, el sonido lejano de mi hermana riendo y de mi madre ablando a mi padre, el color del amanecer y la paz que le precedía a la muerte. De pronto la calma se volvió caos, hombres de mal olor aparecieron arrasando con todo, llegaron por centenares, me que de estático sin poder mover ni un solo músculo del miedo, ver como arrasaban, mutilaban, saqueaban no fue lo que realmente me impacto fue la cantidad de seres que no tenían compasión, cuando de la nada un golpe me arranco de mi estado inmóvil, llevando me con el, al reaccionar intente liberarme pero era mi hermana que me intentaba proteger, corrimos entre la desolación, esquivando y ocultando nos de todo. El miedo se podía sentir en el aire, el olor de la sangre penetraba asta lo mas profundo de nuestras almas, parecía no tener fin, todo lo que se moviera era brutalmente destazado, les parecía placentero ver retorcerse en sus entrañas a sus victimas, se divertían destajando miembro por miembro de cada persona que se encontraban, les satisfacía ver el sufrimiento ajeno, las mujeres eran violadas mientras eran mutiladas lentamente, y obligaban a sus esposos, hijos, padres a ver.
Vimos como moría tanta gente…
Sin previo aviso, un golpe seco, y todo se torno blanco, y lentamente se obscurecio…
Los recuerdos de mi infancia van más allá de la historia, una época olvidada y remplazada por leyendas y mitos, huesos de polvo, cuentos distorsionados por el tiempo y lo que entonces fue conocido por todos hoy es misterio.
El más lejano de mis recuerdos es ese día en que el destino me advertía de la eterna soledad. Mi edad no la recuerdo, pero recuerdo el olor del viento en el prado, el sonido lejano de mi hermana riendo y de mi madre ablando a mi padre, el color del amanecer y la paz que le precedía a la muerte. De pronto la calma se volvió caos, hombres de mal olor aparecieron arrasando con todo, llegaron por centenares, me que de estático sin poder mover ni un solo músculo del miedo, ver como arrasaban, mutilaban, saqueaban no fue lo que realmente me impacto fue la cantidad de seres que no tenían compasión, cuando de la nada un golpe me arranco de mi estado inmóvil, llevando me con el, al reaccionar intente liberarme pero era mi hermana que me intentaba proteger, corrimos entre la desolación, esquivando y ocultando nos de todo. El miedo se podía sentir en el aire, el olor de la sangre penetraba asta lo mas profundo de nuestras almas, parecía no tener fin, todo lo que se moviera era brutalmente destazado, les parecía placentero ver retorcerse en sus entrañas a sus victimas, se divertían destajando miembro por miembro de cada persona que se encontraban, les satisfacía ver el sufrimiento ajeno, las mujeres eran violadas mientras eran mutiladas lentamente, y obligaban a sus esposos, hijos, padres a ver.
Vimos como moría tanta gente…
Sin previo aviso, un golpe seco, y todo se torno blanco, y lentamente se obscurecio…
